El hecho de haber
coordinado la creación de un museo en el CFPA Mercè Rodoreda (www.mucyt.es) no es
una casualidad aislada. Pero sí una conjunción de circunstancias,
entre ellas mi pasión por los museos de ciencia y tecnología.
Yo creo que tiene que ver con mi
personalidad el que me guste clasificar y ordenar todo el
conocimiento que se puede tener alrededor de una determinada materia.
Posiblemente mi pasión por los museos de Ciencia y Tecnología, en
concreto, tenga que ver también con una forma de rememorar el
conocimiento, de poner en práctica aquello que he
aprendido en libros, o tal vez lo estimulante que es el descubrir cosas nuevas sobre hechos tangibles y universales.
Desde hace un tiempo he tenido la
posibilidad de viajar, y siempre me ha atraído visitar los museos de
ciencia y tecnología. Así que mi visita a Portugal no podía ser
menos y, aunque fuese a toda prisa, visité el Museo de la Ciencia y
la Tecnología de Lisboa (Pabellón del Conocimiento).
El Pabellón del Conocimiento
de Lisboa es muy divertido, cualquier persona, adulta o niña,
puede participar en las actividades que se proponen. En la siguiente imagen se puede ver una zona específica para los más pequeños con multitud de experiencias.
También había un espacio para la óptica. Entre las diferentes instalaciones estaba una habitación
en la que un destello de luz iluminaba una pared fluorescente que recogía la “huella” de la sombra que dejaba la posición que
tenías, la "Caixa de sombras".
En el espacio central había una bicicleta sobre la que poder pedalear encima de un cable de acero sin caerte. Lo cual era posible gracias a la posición del centro de masas que se situaba por debajo del cable.
Las explicaciones tienen en cuenta el idioma de cualquier visitante, lo cual nos hizo sentir como en casa. Un gran museo en el que se ha trabajado en cada detalle. Por pequeño que sea.
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